Ante la disyuntiva entre desarrollar o comprar, cada profesional y empresario probablemente responderá de distinta manera. Ello se debe, en primer término, a las múltiples formas en que las tecnologías se hacen presentes en una empresa. Así, no es lo mismo incorporar insumos de alto contenido tecnológico que requerir tecnologías para los procesos productivos, o bien, implementar plataformas de infraestructura tecnológica para el soporte general de las operaciones, como sería el caso de los sistemas informáticos y de comunicaciones. Por ello, conviene volver a examinar los objetivos que nos pueden llevar a incorporar tecnología en una compañía.
Si usted es como la mayoría de los empresarios, lo que probablemente está buscando es ser más competitivo, o bien, quiere introducir rápidamente un nuevo producto en el mercado. En el primer caso, ello implica conseguir reducciones de costos, eficiencias productivas o mejoras en los procesos logísticos, comerciales o administrativos de su empresa.
Para lograrlo, generalmente se deben implementar o mejorar las plataformas tecnológicas de infraestructura, las de apoyo general y/o aquellas específicas al proceso productivo. En los primeros dos casos, lo más probable es que podamos encontrar múltiples proveedores que estén en mejores condiciones que nosotros de entregarnos soluciones y equipamiento competitivo y, sobre todo, de darles soporte en el tiempo (repuestos, mantención preventiva y correctiva, actualizaciones, mejoras).
A su vez, salvo que nuestras instalaciones sean de gran envergadura o que se trate de una de nuestras propias líneas de negocios, probablemente no tendríamos las economías de escala requeridas para afrontar la producción industrial y comercialización de equipos y/o de software en forma competitiva, de modo que se justificara nuestra incursión exitosa en un desarrollo genérico de este tipo.
Por otra parte, la decisión de comprar o desarrollar cambia cuando se trata de tecnologías o de procesos productivos específicos de nuestra compañía, sobre todo si son la base de nuestra competitividad. Para estas tecnologías medulares, las opciones básicas son mantener una línea de desarrollo propia, que nos permita ir aumentando nuestra base de conocimientos; o bien, disponer de una alianza estratégica de largo plazo con uno o más proveedores de tecnología, ojalá especializados y confiables.
Aquí vale la pena tener en cuenta que la actividad interna de diseño y desarrollo, además de generar beneficios directos, trae aparejado el fortalecimiento de nuestro equipo de profesionales en competencias que son indispensables para identificar y validar otras tecnologías y otros proveedores claves que pudiera requerir eventualmente la empresa para su supervivencia.
Ahora bien, cuando lo que se requiere son tecnologías para introducir un nuevo producto en el mercado, debemos revisar los tipos de insumos necesarios y el nivel de integración a partir del cual construiremos nuestra solución. ¿Utilizaremos materiales y componentes básicos para hacer nuestros desarrollos? ¿Integraremos sub-conjuntos, piezas y partes complejas provistas por terceros, que ya traen incorporado un alto contenido de tecnología?
Las respuestas a estas interrogantes son claves al momento de hacer los inevitables compromisos entre la velocidad de diseño y desarrollo, nuestro grado de independencia tecnológica y el valor que le agregamos al producto (ver Fig. 1).
En cualquier caso, si usted opta por hacer sus propios desarrollos deberá asumir necesariamente el compromiso de darles un soporte integral de largo plazo. Ello rentabilizará su inversión y le evitará pagar excesivos precios por no disponer posteriormente de los repuestos suficientes, del personal entrenado o de la documentación adecuada, sobre todo cuando el equipo de desarrollo haya desplazado su motivación y su entusiasmo al diseño siguiente.
Por otra parte, los esfuerzos de desarrollo deben hacerse en forma sostenida en el tiempo, so riesgo de que su compañía quede obsoleta ante sus competidores o ante los proveedores de nicho, especializados en sus mismas tecnologías y procesos clave.
Por lo tanto, la próxima vez que piense en incorporar tecnología, analice cuidadosamente si su empresa es de verdad más competente y está mejor dispuesta que sus proveedores de confianza para enfrentar un esfuerzo sostenido de desarrollo. La rentabilidad de su inversión en tecnología depende de una adecuada respuesta…
Fuente: http://www.emb.cl/electroindustria/articulo.mvc?xid=538&srch=manterola&act=4&tip=7