Reflexiones sobre el caso Cubillos…
Los múltiples intercambios de comentarios, opiniones, calificaciones y descalificaciones que ha generado el “asunto Cubillos” conducen a una discusión que excede con mucho a una persona particular y nos lleva rápidamente a reflexionar sobre los sistemas educacionales universitarios y su rol en la sociedad actual, lo que ya es bastante positivo en sí mismo…
Algunas reflexiones que me gustaría compartir con ustedes al respecto, que al menos a mí me sirven para ir arrojando luz sobre un tema que tiene bastantes niveles de complejidad…
De la gratuidad
La entrega de educación por parte de las universidades tiene indudablemente un costo asociado. Así, para mí no aplica eso de la educación universitaria gratuita, sino que más bien se debe resolver quién(es) paga(n) la cuenta… La educación ¿la deben pagar los estudiantes que se beneficiarán posteriormente de dicha educación? ¿la debemos pagar todos como sociedad a través de impuestos y subsidios, apostando a que estaremos “mejor” si nuestros ciudadanos están más educados y mejor formados en dichas universidades? ¿Será una mezcla entre ambos esquemas?
Del aporte de valor
A mi juicio, la universidades (y otras instancias de educación superior) tienen sentido si en verdad le aportan valor a la sociedad… Este aporte de valor normalmente lo intentan canalizar a través de sus funciones tradicionales, como son la educación de pre y posgrado, la investigación (creación de nuevos conocimientos) y la extensión (educación general de la sociedad), entre otras.
La propuesta de valor que hace una universidad a sus alumnos generalmente considera la entrega de una buena educación, de redes y de un título o grado de prestigio (Harvard, Stanford, Cambridge, Shanghái, etc.). Esta marca sirve para ir construyendo y proyectando el capital reputacional de la institución.
De los recursos
Para hacer su aporte de valor, las universidades necesariamente deben acceder a recursos económicos y financieros, que pueden ser públicos, privados, o una mezcla de ellos. En la obtención de dichos recursos, las universidades actualmente compiten entre sí.
El talento humano es otro de los componentes clave en la generación de valor de una universidad. Ello implica, entre otras cosas, conseguir buenos colaboradores en términos de academia y de reputación. Para ello, se ofrecer una carrera docente atractiva, junto con remuneraciones adecuadas y con el prestigio institucional que menciona Gerardo Varela. Nos guste o no, la realidad es que aquí funciona “la grúa”…
También es clave que la universidad sea un atractor de alumnos, que también son claves para un desarrollo exitoso de las actividades universitarias. Las universidades actualmente compiten por atraer a los mejores alumnos, quienes además les permitirán proyectar su prestigio en el tiempo.
De las retribuciones
A mi parecer, cuando una universidad hace un real aporte de valor a la sociedad, ésta debe reconocer dicho aporte entregándole una retribución económica que en primer lugar le permita pagar “sus cuentas”. En segundo lugar, estos recursos debieran permitirle ir proyectando sus capacidades y potenciales mediante inversiones adecuadas y en tercer lugar, debieran generarle cierta rentabilidad a aquellos privados que arriesguen sus propios recursos económicos en estos emprendimientos.
Aquí me gusta hablar del concepto de “lucro decente”. Consiste en que las instituciones reciban un pago que va más allá de sus costos, reconociendo “razonablemente” el valor agregado que aportan. Yo hago la distinción con el “lucro indecente”, donde se reciben pagos por aportes de valor o de recursos que no son propios y que en realidad corresponden a terceros.
De las preguntas abiertas
Algunas preguntas del caso Cubillos que para mí quedan abiertas:
- En las universidades ¿las remuneraciones deben ser públicas (transparencia), semi- trasparentes o reservadas (competitividad y efecto “grúa”)?
- ¿Es válido, deseable o inevitable que las universidades sean plataformas para proyectarse políticamente?
- ¿Es posible evitar que los pagos de remuneraciones en las universidades (y en otras instituciones) vayan al financiamiento de campañas políticas?
Temas todos no fáciles…
En todo caso, para ir construyendo nuestros sueños como humanidad, considero esencial que partamos necesariamente desde las crudas realidades compartidas… ¿no creen?
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Ver el artículo en Diario El Libero…